jueves, 25 de septiembre de 2014

GUERRA DEL ACRE

Guerra del Acre

Guerra del Acre o Revolución Acreana
Bolivia antes de la guerra del Acre.png
Bolivia en 1899 antes de entrar en la guerra.
Fecha 18991903
Lugar Actual Estado de Acre
Coordenadas 7°06′51″S 73°48′04″OCoordenadas: 7°06′51″S 73°48′04″O (mapa)
Causas Intentos sucesivos de secesión por parte de los seringueiros brasileños para posteriormente incorporarse al Brasil.
Resultado Victoria brasilera y Tratado de Petrópolis.
Beligerantes
Flag of Bolivia (militar).svg Ejército Nacional de Bolivia
Flag of Bolivia.svg Columna Porvenir
Flag of Brazil.svg Ejército Brasileño
Bandeira do Acre.svg Seringueiros
Bandeira do Acre.svgFlag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Veteranos de Cuba
Bandeira do Acre.svgBandeira do Rio Grande do Sul.svg Veteranos federalistas.
Comandantes
Flag of Bolivia.svg General y Presidente José Manuel Pando
Flag of Bolivia.svg Federico Román
Flag of Bolivia.svg Nicolás Suárez Callaú
Flag of Bolivia.svg Bruno Racua
Flag of Brazil.svg Presidente Rodrigues Alves
Bandeira do Acre.svgFlag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Luis Gálvez Rodríguez de Arias
Flag of Brazil.svg José Plácido de Castro
Flag of Brazil.svg Jefferson José Torres
Flag of Brazil.svg General Olímpio da Silveira.
Bajas
Desconodidas Desconocidas
La Guerra del Acre (conocida en Brasil como Revolução Acreana —"Revolución Acreana"—) fue un conflicto limítrofe y bélico entre Bolivia y Brasil, cuyo desenlace afectó también territorios en disputa con el Perú e incluso con Paraguay. El conflicto tuvo dos fases desarrolladas durante el periodo 1899-1903 disputándose territorio del Acre rico en árboles de caucho y yacimientos auríferos. Concluyó con la victoria de Brasil y la consecuente anexión de los territorios sobre lo que Bolivia aducía soberanía.

Antecedentes

El nombre de Acre dado al territorio en cuestión se debe a uno de los ríos de la región, llamado Aquiry en idiomas nativos y río Acre en español y en portugués.
Tras los tratados de Madrid (1750), San Ildefonso - Tratado de Permuta (1777) y Badajoz (1801) todo el territorio del Acre, con una superficie de aproximadamente 355.242 km² quedó confirmado dentro de la soberanía española, siendo entonces fijados sus límites con las posesiones portuguesas (y luego brasileñas) en el paralelo que corre desde las nacientes del río Yavarí hacia el este hasta encontrar la vaguada del río Madera, es decir el paralelo que servía como límite septentrional del Acre era el 7° o el 7° 7' S;1 tal límite se mantuvo para el Brasil hasta por lo menos 1839.
En 1776 al ser creado por la monarquía española el Virreinato del Río de la Plata quedaron poco precisados los límites del mismo respecto a los del Virreinato del Perú de modo que al producirse la independencia de Perú y luego la de Bolivia ambos estados se disputaron el territorio. Al concluir la existencia de la Confederación Perú-Boliviana en 1839 la mayor parte del territorio fue ratificado dentro de la soberanía boliviana, pero ya el Brasil aprovechando la debilidad política tanto del Perú como de Bolivia después de la Confederación había incorporado a la provincia (luego estado brasileño) de Amazonas gran parte del Acre corriendo los límites desde el ya citado paralelo 7°S hacia el Este y hacia el Sur (el límite en 1870 con el Perú según el estado brasileño era corrido hacia el sur hasta el paralelo que corresponde a las nacientes del río Purus, esto es hasta casi el 10°S, mientras que para el estado boliviano Brasil mantenía el extremo norte en el paralelo 7°S -desde la tierra de los Guarayous- pero con importantísimas anexiones en el Este imponiendo una frontera diagonal a Bolivia), tal primera anexión quedó como un hecho consumado (o fait accompli) admitido internacionalmente y así luego aceptado por Bolivia siendo presidente Mariano Melgarejo al infrascribir el llamado "Tratado de Amistad" más conocido como Tratado de Ayacucho del 23 de noviembre de 1867 por el cual se entregaban 102.400 km² de territorio a Brasil (principalmente el noroeste del Acre original que pasó así a ser parte del Amazonas brasilero).
Manteniendo Bolivia aún unos 253.242 km², desde 1867 y hasta 1903, tuvo como subdivisiones políticas poco definidas del Acre a los territorios llamados Espino (en el norte), Cocama (en el centro) y Manetenery o Manetery en el sur y este, las regiones citadas formaban parte del Territorio de Colonias.
Así, hasta principios del siglo XX, el territorio del Acre (actual Estado de Acre) pertenecía a Bolivia. Sin embargo, en gran medida a causa de una gran sequía que afectó al Nordeste brasileño durante el año 1877 se intensificó la inmigración ilegal de brasileños al entonces territorio boliviano, así tras ese año gran parte de su población estaba constituida por brasileños que exploraban seringais, es decir campos en donde abundaba el árbol del caucho, o que se dedicaban a extraer oro y plata de los garimpos (yacimientos) y que, en la práctica, acabaron creando un territorio independiente subsidiario de Brasil porque Bolivia no tenía una presencia notoria en la región.
En 1898 la Comisión Demarcadora de Límites favoreció a Brasil con más adquisiciones territoriales a expensas de Bolivia, ésta no pudo hacer nada porque a parte de no contar con mucho apoyo internacional estaba sumida en una sangrienta guerra civil que desgastaba a sus efectivos. La guerra civil en Bolivia dejó notablemente tocado a su ejército que de no haberse producido, podría haber contado con más y mejores efectivos para la defensa del Acre.
En 1899, los bolivianos, con nuevas concesiones territoriales a Brasil (citadas anteriormente en 1898), intentaron asegurar el control de la zona fundando como capital administrativa a Puerto Alonso.Como fuerza de policía, se organizó en Cochabamba, un piquete de cuarenta hombres bajo el inmediato comando del subteniente Víctor Rodmípez (ésta era la fuerza inicial de policías de Puerto Alonso tras su fundación).
Se debe señalar que en el año 1899 se había producido un importante avance de colonizadores brasileños que habían ocupado el área de los ríos Purús y el Acre al sur de la línea de fronteras por la inmigración citada anteriormente.
Desde Bolivia, los pioneros colonos habían conseguido establecerse en el Abuná y comenzaban a ocupar el territorio del Acre. Con el propósito de remediar la falta de una presencia importante de residentes bolivianos en enero de 1899 se creó la aduana de Puerto Alonzo. Era un acto legítimo de soberanía, con propósitos administrativos. Se trataba de recaudar los derechos de aduanas que al país boliviano le correspondían por la explotación de la goma que explotaban bolivianos y extranjeros dentro de su territorio. El poco tiempo que pudo funcionar la aduana, produjo ingresos interesantes para el fisco pero Puerto Alonso se convirtió en el centro político y militar de los conflictos.

Recursos naturales

La región del Acre poseía ricos yacimientos auríferos, abundancia de recursos madereros, principalmente el árbol del caucho que a finales del siglo XIX y casi mediados del siglo XX fue muy importante para la industria del automóvil y el transporte ya que la goma sintética para la fabricación de ruedas y otros objetos no fue descubierta hasta prácticamente la Segunda Guerra Mundial. Por eso a esta guerra se la suele llamar La Guerra del Caucho ya que uno de los motivos por los cuales se movilizó el gobernador Torres del Amazonas fue el impuesto que se dio a las exportaciones de caucho.

Guerra

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En 1899, tras la fundación de Puerto Alonso como capital administrativa de la región del Acre, la creación de una aduana en la misma ciudad y la imposición de un impuesto a la goma exportada por parte de los bolivianos, el gobernador del Estado del Amazonas, Ramalho Junior, no vio con buenos ojos el establecimento de la aduana boliviana y teniendo un pretexto acusó ante su gobierno la "ilegalidad" de la ocupación, imputando a los supuestos ocupantes bolivianos de robos, atropellos y actos de violencia cometidos contra los residentes brasileños. La debilidad de las autoridades bolivianas alentó a los promotores de la rebelión y al gobernador brasileño del Amazonas, Ramalho Junior, éste indujo al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias a que se pusiera a la cabeza de los sececionistas, mientras que, para secundar y reforzar el movimiento separatista, se organizaba en Manaos, una partida de mercenarios bajo la dirección de Alberto Moreira Junior, un pariente del gobernador del Amazonas.
Se inició de esta manera la Primera "revolución del Acre" o Primera Campaña (en Bolivia), de carácter supuestamente local y autonomista. Los acreanos probrasileños se organizaron política y militarmente, ocuparon Puerto Alonso destituyendo violentamente a las autoridades bolivianas declarando posteriormente al Estado Independiente de Acre, Purús y Yaco libre de Bolivia. Al español Gálvez le acompañaban varios veteranos de Cuba.
La guerra se dividió en dos periodos o campañas: el primero comienza desde 1899, con la intimación de los brasileños para que abandonen los bolivianos Puerto Alonso hasta su posterior recuperación y reincorporación del Acre nuevamente a Bolivia; el segundo o Segunda Revolución Acreana (Segunda Campaña en Bolivia) comienza el 6 de Agosto 1902 con la toma de la ciudad de Xapuri y termina en abril de 1903 con la firma del modus vivendi.
Al estallar la revuelta separatista, el Acre contaba con más de treinta mil habitantes, mostrándose casi indiferentes a lo que ocurría, de tal modo que los promotores de la revuelta, para hacer consentir su popularidad expedían despachos y cargos de coroneles de forma masiva, sin que por ello lograsen el apoyo y participación de los habitantes porque el ideal de los acreanos era el de continuar como hasta entonces, sin freno a sus desmanes ni autoridades que los gobernasen, imperando entre ellos el ojo por ojo y diente por diente. Además preferían la indiferencia por si un bando tomaba replesalias, ya que en el Acre habían bolivianos y brasileños residentes que se dedicaban a explotar el caucho.

Primera Campaña

En el primer periodo (Primera Campaña), Bolivia tuvo que movilizarse para defender su territorio de las agresiones que se sucedían al norte. Bolivia acababa de salir de una guerra civil y su ejército estaba mermado por las bajas sufridas en esa guerra.
La República boliviana mandó al Acre tres columnas de soldados, nombrándose como delegado nacional en el Acre y Bolivia a Andrés S. Muñoz , quien salió de La Paz por la ruta del río Beni. Poco después, tropas al mando del vicepresidente de la república boliviana, Lucio Pérez Velasco, salieron desde Cochabamba por la ruta del Chapare y el ministro de defensa, el doctor Ismael Montes encabezó otro contingente por la difícil ruta de Larecaja, se trataba de rivales políticos que competían por prestigio pero, llegados al Acre, aunaron sus fuerzas y lograron restablecer el orden en la litigada zona.
Antes de la llegada de las columnas bolivianas, en el Acre los secesionistas tomaron Puerto Alonso desalojando violentamente a las autoridades bolivianas, lo consiguieron rápidamente porque la región no contaba con suficientes tropas militares y policiales bolivianas. El autoproclamado presidente fue Luis Gálvez Rodríguez de Árias organizó eficientemente a la recién creada nación sufriendo un golpe de estado temporal ya que el poder le fue restituido.
Son destacables los combates de: Papirí, Cajueiro, Combate de Amapá y Humaitá.
También es muy notorio el combate de Riosinho destacándose el centinela Maximiliano Paredes, vigía que se percató de movimientos extraños y al no recibir respuesta al grito «¡Alto!» ni reconocer presencia de soldados bolivianos decidió disparar, evitando una emboscada de los sececionistas a los soldados bolivianos; pero murió entre la ráfaga de disparos; tras los disparos, los soldados bolivianos de la 2a División entablaron combate de inmediato, que se generalizó durate más de dos horas, siendo derrotados los atacantes secesionistas.
Posteriormente[cita requerida] a este hecho se produjo el combate de Puerto Alonso, donde la ciudad que ha sido retomada por los bolivianos se encuentra cercada por las fuerzas revolucionarias que eran mayores en número. Ante la escasez de víveres y municiones, hubo algunas sugerencias de romper el cerco y retornar hacia el sur al interior de Bolivia, los jefes bolivianos a cargo de la defensa decidieron continuar haciendo frente a los secesionistas probrasileños, éstos prejuzgando una maniobra envolvente (al ver salir una columna militar de Bolivia) pensaron que los bolivianos intentaban cortarles la retirada, de modo que los acreanos dieron la voz de alarma y desconcertados por las cargas de disparos hechas por los bolivianos decidieron retirarse precipitadamente, incluso abandonando pertrechos militares. Los sececionistas que sitiaron Puerto Alonso eran seiscientos contra menos de doscientos, no tenían cohesíon ni disciplina militar. Luego, en el caserío de Bagé se entabló otro combate sin que un bando pudiera vencer al contrario.
Debe considerarse la dificultad para la movilización en aquella época, puesto que no existían caminos apropiados, ni medios de transporte en proporción adecuada, motivo por el cual, el transporte de tropas estuvo a cargo de la Armada de Bolivia que jugó un papel importante. La entrega que hicieron los soldados bolivianos en la defensa de su patria pudo más que los obstáculos que presentaba el terreno, las condiciones climatológicas, las enfermedades y la logística.
Tras las derrotas sufridas por los revolucionarios acreanos, estos se retiraron (varios a sus residencias) y los demás reconocieron la autoridad boliviana de la región. Al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias lo apresaron tropas de la marina de Brasil por no cumplir su palabra sobre el impuesto del caucho ya que no quitó el citado impuesto y ni siquiera dio a uno de sus socios el 20 por ciento.[cita requerida]

Segunda Campaña

José Plácido de Castro (foto de Percy Fawcett, 1907).
El segundo periodo (Segunda Campaña) fue en el gobierno boliviano del general Pando que se había decidido animar a compañías extranjeras para explotar las riquezas del Acre y asegurar así la soberanía boliviana para evitar levantamientos como el ocurrido anteriormente, para ello se realizó un contrato con la empresa estadounidense llamada The Bolivian Syndicate firmándose el Tratado de Aramayo. La cancillería de Brasil y la del Perú reaccionaron airadamente pidiendo explicaciones formales sobre la presencia de la compañía boliviano-estadounidense en el Acre. El nuevo canciller brasileño, Barón del Río Branco, inició una vigorosa campaña denunciando ese acuerdo señalando que ni él mismo permitía la presencia de intereses internacionales extraños en la Amazonia y exigía su inmediata derogación. Al mismo tiempo reiteraba los intereses brasileños en el territorio en litigio del Acre, proponiendo al gobierno boliviano opciones de canje territorial o la adquisición del mismo. En el marco de esta delicada situación, las autoridades bolivianas de Puerto Alonso incrementaron los impuestos de aduana. Esta circunstancia y la permanencia de The Bolivian Syndicate en la región determinaron el alzamiento de los colonizadores brasileros o brasileños, éste fue el comienzo de la llamada "Segunda Revolución del Acre" o "Revolución Acreana" para los brasileños.
El alzamiento secesionista apoyado por el gobierno del Amazonas y liderado por el soldado José Plácido de Castro y Jefferson José torres y otros seringueiros, que se apropiaron del área de Xapuri y declararon el 27 de enero de 1903 "Estado Independiente del Acre" para casi inmediatamente pedir su anexión al Brasil, esto se dio el 6 de agosto de 1902 y encontró a la región casi desguarnecida de tropas militares bolivianas.
Castro tenía como prioridad atacar la posible presencia del sindicato norteamericano en la región. Puso nuevamente sitio a Puerto Alonso ocupando también otras posiciones bolivianas. Los secesionistas llegaron a ocupar la Barranca de Bahía (actual Cobija) y varias zonas de las estancias del industrial cruceño Nicolás Suárez, el cual organizó de su propio bolsillo una tropa de voluntarios bien experimentados, denominándola Columna Porvenir para defender tanto sus propios intereses como los de Bolivia. La lucha en Bahía se desarrolló de la siguiente manera:
Se llegó a saber por los estancieros bolivianos que uno de los jefes insurrectos, Galdino Marinho, se había apoderado con 250 hombres, de la Barraca de Bahía, actual ciudad de Cobija. Federico Román, después coronel y general del ejército boliviano, que se encontraba al mando de la Columna Porvenir, resolvió atacar el 10 de octubre, las tropas acreanas se rindieron.
Posterior a este hecho, y una vez repuestos los secesionistas, se produce la capitulación de Vuelta de la Empresa, donde las tropas bolivianas al frente del coronel Rojas capitulan frente a los acreanos. Durante casi un mes los soldados bolivianos, resistieron los embates de los secesionistas que habían aumentado su efectivo a 1400 hombres. Finalmente, y ante la pésima situación reinante, Rojas se rindió no sin antes exigir respeto a su honor y al de su ejército, el 15 de octubre de 1902. Los vencedores, admirando el valor de sus oponentes, respetaron su palabra dejando que los pocos sobrevivientes retornen hacia el interior de Bolivia, cosa que muy pocos pudieron por las condiciones del terreno. En el combate de Costa Rica es donde la Columna Porvenir logra la fama de guerrilleros del Acre por el conocimiento que tenían sobre la región y la selva.
Después de estas acciones se produce la Capitulación de Puerto Alonso, negativo para Bolivia, donde los 194 defensores de su guarnición, tras ocho meses de cerco continuo resistieron 9 días de combates. El ataque comenzó el 15 de enero de 1903, concluyendo el 24 del mismo mes, fecha en la que se tomó la decisión de capitular.
Conocidas las noticias sobre los desastres en el Acre, el presidente, José Manuel Pando dada su experiencia por esos parajes decidió encabezar personalmente la defensa del Acre, movilizando una columna de 600 o 700 hombres aproximadamente del ejército boliviano hallado en la región de La Paz con la finalidad de acudir en socorro de Puerto Alonso, sin saber que éste estaba ya a punto de caer. Tomaron la ruta de Larecaja y el río Beni logrando llegar a Riberalta y tomar posiciones iniciales de combate en abril de 1903.
La marcha del presidente Pando al Acre produjo la inmediata reacción del gobierno del Brasil que denunció el hecho como una provocación. Inmediatamente dispuso el envió de contingentes militares del ejército hacia la frontera del Matto Grosso y al Acre, situándose estas cerca de las milicias revolucionarias de Placido de Castro.
El gobierno boliviano intentó dar marcha atrás de su relación con el The Bolivian Sindicate, solicitando la anulación del contrato, pero la gestión no tuvo éxito, en gran medida porque el consorcio alegó que había iniciado inversiones. Poco después los administradores extranjeros iniciaban conversaciones con el gobierno del Brasil que terminó comprando sus derechos.
El gobierno brasileño decidió movilizar 4.000 hombres de su ejército, tras comunicar su cancillería el 21 de enero a La Paz, que consideraba al territorio en litigio. Dos meses después, el 2 de abril, la División brasileña ocupaba Puerto Alonso. La guerra internacional a gran escala estaba a sólo un paso.
Monumento en el centenario del Levantamiento Acreano en Rio Branco, capital del actual Estado de Acre.
Las tropas de Pando que habían llegado a Riberalta hacia mediados de marzo de 1903 se dividieron, una parte se quedaría en la ciudad y la otra se desplazaría a Puerto Rico (Combate de Puerto Rico) donde hicieron trincheras para posteriormente defender con denuedo y heroísmo el ataque de los sececionistas, quienes sufrieron numerosas bajas frente a los guerrilleros de la Columna Porvenir que empezaron a lanzar ataques junto al ejército boliviano de forma sangrienta, por ésta columna de voluntarios los separatistas se retiraron derrotados de Puerto Rico.
En esas circunstancias y a escasos días de entrar en una guerra convencional contra los más de 8.000 hombres del ejército profesional del Brasil al mando del general Silveira que se hallaba reunido en Puerto Alonso y contra los milicianos de Castro que sumaban una cantidad importante de hombres, el gobierno boliviano en La Paz decidía entre seguir la campaña militar o finalizar por la vía diplomática, al final se decidió la vía diplomática pues el país ya estuvo desgarrado por una guerra civil. El presidente boliviano Pando y sus agotados 450 combatientes (el resto había sido diezmado por las enfermedades) se hallaban en una situación desventajosa, acabaron reconociendo el modus vivendi en el territorio del Acre que había sido firmado con el Brasil el 21 de marzo de 1903 y como primera acción las tropas regresaron a La Paz junto al general Pando. El Mondus Vivendi era de carácter provisional puesto que el 17 de noviembre de 1903 se firmó el tratado de Petrópolis.

Tratado de Petrópolis

El Tratado de Petrópolis es un tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en la ciudad brasileña de Petrópolis el 17 de noviembre de 1903, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191.000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil, ya en 1877 por el "Tratado de Paz y Amistad" o Tratado de Ayacucho Bolivia había cedido otros 164.242 km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas.
Entre los principales motivos de la entrega del territorio están la Fiebre del caucho, sucedida a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, y la sublevación de los habitantes de la región, que en su mayor parte eran brasileños.
Por el tratado, Brasil se comprometía a los siguientes términos:
  • Conceder territorios próximos al Acre y a la cuenca del río Paraguay, que suman 3000 Km² (Brasil se quedaba con más del 90% del Acre y dejaba de reclamar algunos pequeños territorios que Bolivia había considerado propios desde su fundación).
  • Construir un ferrocarril entre las ciudades de Riberalta y Porto Velho, para la exportación del caucho de aquella época (Ferrocarril Madeira-Mamoré).
  • Permitir a Bolivia acceso no soberano a los ríos brasileños para el transporte de mercaderías hasta el Atlántico.
  • Permitir a Bolivia construir aduanas en las ciudades brasileñas de Corumbá, Belém y Manaus, así como en otras ciudades brasileñas fronterizas.
  • Pagar al gobierno boliviano la cifra de £ 2.000.000,00, lo que equivaldría al año 2010 a U$S 293.774.770,80 a cambio de ceder el territorio del Acre.
Brasil ha cumplido con todas las obligaciones del tratado. El ferrocarril fue finalizado en 1912, a pesar de no haber conseguido alcanzar la ciudad de Riberalta debido a las condiciones del terreno, y costó al Brasil U$S 33 millones y 3.600 vidas de trabajadores brasileños. Llamado Estrada de Ferro Madeira-Mamoré, el ferrocarril funcionó hasta 1972, cuando fue desactivado por no ser más interesante económicamente para ambos países — casi dos años después de terminado el Madeira-Mamoré, en 1914, Bolivia construyó un ferrocarril en colaboración con Chile, para llevar su producción al Pacífico. Durante el período de 1912 a 1972, se llegó a transportar una cantidad considerable de mercadería tanto brasileña cuanto boliviana por el ferrocarril Madeira-Mamoré.

La Visión Peruana

Mapa del Perú en 1865
El territorio peruano se extendía hasta el río Madera que servía de límite con Brasil, también según los peruanos el límite con Bolivia estaba dado principalmente por el río Beni (reclamación hasta 1880) mientras que por contraparte (hasta 1902) Bolivia reclamaba como límite con Perú el curso del río Madre de Dios y el de su afluente el Inambarí, Brasil supo aprovechar los diferendos entre los países andinos y al mismo tiempo que oficiaba de mediador de "buena voluntad" entre ellos, obtenía territorios. Sin embargo, entre 1867 y 1909, todo el territorio de Acre pasó al Brasil sin librarse batalla con Perú. Los presuntos derechos del Brasil sobre esa extensa zona se remontan a que, en 1867, el presidente boliviano Mariano Melgarejo había cedido territorios peruanos a Brasil -como si fueran de ese país- y lo hizo nuevamente en 1903 por el Tratado de Petrópolis, luego de una larga guerra fronteriza de casi 30 años. Desde entonces Brasil quiso hacerse por la fuerza de dichas tierras, deseando extenderse inclusive hasta el río Purús y el río Yarúa.
El 25 de octubre de 1902, la guarnición peruana de Amuheya rechazó a un destacamento brasileño que le exigía abandonar su puesto. En 1903, una lancha con personal peruano del comisariato de Chandles fue baleada en el Acre. En 1904, el coronel brasileño José Ferreira arribó al río Santa Rosa, afluente del Purús, y saqueó caucho y siringa a extractores peruanos. En noviembre de ese año, la guarnición de Amuheya se rindió ante fuerzas brasileñas superiores después de dos días de combates. Considerando imposible defender militarmente la región, la pérdida peruana se hizo efectiva por el Tratado Velarde-Rio Branco de 1909 y un recorte territorial complementario se fijó con el Tratado Polo-Sánchez Bustamante que se llevó a cabo con Bolivia, también de 1909.

Curiosidades

  • Desde La Paz hasta el Acre las tropas tardaban entre tres hasta cuatro meses de largo viaje, la mayor parte a pie a través de las selvas. El clima era hostil a los soldados y se lamentaron bajas por enfermedades y agobio, era una lucha en un escenario extraño para los soldados bolivianos reclutados en el seco y árido Altiplano (collas).
  • Aquando (hoy arcaismo que significa "en el momento") de la capitulación de las fuerzas bolivianas en Vuelta de Empresa, el jefe secesionista Cnel. José Plácido de Castro se rehusó recibir la espada del Cnel. Rosendo Rojas diciendo: "Coronel, guarde vossa espada. Não se toma a arma de um bravo."
  • En los combates de Bahía y Puerto Rico se produjeron luchas en trincheras, este tipo de lucha se dio también en otras zonas del Acre.
  • El Departamento de Pando lleva el apellido del presidente en homenaje por su labor dada en la guerra y por sus numerosas misiones de exploración por las regiones nortes de Bolivia.
  • Puerto Alonso fue rebautizada tras su incorporación a Brasil como Puerto Acre o en portugués Porto Acre.
  • Aunque el Acre ha sido profundamente abrasileñado, étnica y culturalmente, y pese a la planificada política brasileña de borrar todo recuerdo de Bolivia en la región[cita requerida], la Bandera del Acre es verde, amarilla con una estrella roja, coincidencia o lapsus impensado, pues se mantienen los colores de la antigua bandera boliviana.

guerra del pacifico

Guerra del Pacífico

Guerra del Pacífico
Map of the War of the Pacific.en.svg
Mapa de las fronteras actuales y anteriores a la Guerra del Pacífico entre Bolivia, Chile y el Perú.

Fecha 18791883
Lugar Costa de Bolivia; costa y sierra del Perú en Sudamérica
Causas Aprobación del contrato entre Bolivia y la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a cambio del pago del impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado en territorio boliviano
Conflicto Disputa territorial boliviana-chilena
Resultado Victoria de Chile.
Consecuencias
Cambios territoriales
Beligerantes
Flag of Bolivia.svg Bolivia
Bandera del Perú Perú
Flag of Chile.svg Chile
Comandantes
Presidentes de Perú
Bandera del Perú Mariano Ignacio Prado (1876-1879)
Bandera del Perú Nicolás de Piérola (1879-1881)
Bandera del Perú Francisco García Calderón (12 mar. 1881-28 sep. 1881)
Bandera del Perú Lizardo Montero Flores (1881-1883)
Bandera del Perú Miguel Iglesias (Norte del Perú 1882-1885)

Presidente de Bolivia
Bandera de Bolivia Hilarión Daza (1876-1879)
Bandera de Bolivia Narciso Campero (1879-1884)

Comandante en jefe del Ejército Aliado
Bandera del Perú Juan Buendía
Bandera de Bolivia Narciso Campero
Bandera del Perú Pedro Silva Gil
Bandera del Perú Andrés A. Cáceres

Comandante en jefe de la Marina de Guerra del Perú
Bandera del Perú Miguel Grau Seminario
Bandera del Perú Aurelio García y García
Presidente de Chile
Bandera de Chile Aníbal Pinto (1876-1881)
Bandera de Chile Domingo Santa María (1881-1886)

Ministro de Guerra y Marina de Chile
Bandera de Chile Rafael Sotomayor Baeza (1879-1880)
Bandera de Chile José Francisco Vergara (1880-1881)
Bandera de Chile Carlos Castellón Larenas (1881-1883)

Comandante en jefe del Ejército
Bandera de Chile Justo Arteaga (8 de abril de 1879 a 18 de julio de 1879)
Bandera de Chile Erasmo Escala (1879-1880)
Bandera de Chile Manuel Baquedano (1880-1881)

Comandante en jefe de la Armada de Chile
Bandera de Chile Juan Williams Rebolledo
Bandera de Chile Galvarino Riveros
Bandera de Chile Juan José Latorre

Comandante en Jefe de Ejército de Ocupación
Bandera de Chile Pedro Lagos
Bandera de Chile Patricio Lynch
Fuerzas en combate
Bandera de Bolivia Ejército de Bolivia
Bandera del Perú Ejército del Perú
Bandera del Perú Marina de Guerra del Perú
Bandera de Chile Ejército de Chile
Bandera de Chile Armada de Chile
Bajas
Bandera de Bolivia 920-10001 muertos
Bandera del Perú 9672-10 0001 muertos
Bandera de Chile 27432 -32761 muertos
La Guerra del Pacífico, también denominada Guerra del Guano y Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 en el cual se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas de Bolivia y del Perú.

Crisis e inicio del conflicto

En 1866, se firmó el Tratado de Límites entre Chile y Bolivia que puso término a una cuestión limítrofe pendiente entre estos países, planteada desde la fundación de Bolivia en 1825 cuando se independizó de España y se separó del Perú. En este tratado, se fijaron por primera vez los límites y se establecieron los derechos de exportación correspondientes a cada país. Las dificultades encontradas para implementar la administración del tratado llevaron en 1873 a su modificación, buscando una solución pacífica entre ambas naciones.
En 1878, el congreso de Bolivia se abocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para Bolivia, el contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de Antofagasta aún no estaba vigente porque los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por el Congreso, de acuerdo con la Constitución boliviana. Ello se hizo por la Asamblea Nacional Constituyente boliviana mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado por la compañía.
Artículo Único. Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo en 27 de noviembre de 1873 con el apoderado de la Compañía Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a condición de hacer efectivo, como mínimo, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre exportado.
Asamblea Nacional Constituyente de Bolivia. Ley de 14 de febrero de 18783
En lo que respecta a Chile, el cobro del impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del Tratado de límites de 1874 (donde se fijó la frontera en el paralelo 24, eliminándose la zona compartida y en compensación, Bolivia se comprometió a no subir durante 25 años los impuestos “a las personas, industrias y capitales chilenos”). Por ello, dicho impuesto encontró una gran resistencia por parte de los propietarios de la empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por parte del gobierno de Santiago, desencadenándose un conflicto diplomático.
A lo largo de los meses subsiguientes, el gobierno boliviano se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el canciller chileno, Alejandro Fierro, envió una nota al canciller Martín Lanza indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. El 17 de noviembre, el gobierno de La Paz ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto para iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta. Aunque ambas partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta. El 6 de febrero, ante las protestas por parte de la Compañía de Salitres por la ley del impuesto y dado que el contrato no había cumplido con los trámites para declararlo, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. El prefecto Zapata ordenó rematar sus bienes para cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878.
En Chile, la decisión de impedir el remate se tomó la mañana del 11 de febrero, cuando, en una sesión especial del gabinete chileno, se recibió un telegrama del norte, conteniendo textualmente un mensaje del ministro plenipotenciario de Bolivia "Anulación de la ley de febrero, reivindicación de las salitreras de la compañía". Este gatilló la decisión del presidente Aníbal Pinto de ordenar la ocupación de Antofagasta, que se realizó el 14 de febrero de 1879, ocupando tropas chilenas el litoral reclamado por Bolivia hasta el tratado de 1866.n 1 El 14 de febrero, el día del remate, tres naves chilenas arribaron a Antofagasta, Mejillones, Cobija y Caracoles reinvindicándose estos territorios. El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al gobierno peruano que cumpliera con el tratado de alianza defensiva de 1873. El 27 de febrero, Hilarión Daza decretó el estado de sitio en Bolivia.
Gracias a los archivos de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, se sabe que en Chile no existía interés en ir a la guerra por salvar a la compañía, a pesar de que muchos políticos y ministros importantes eran accionistas minoritarios de la compañía[cita requerida]. Sin embargo, la decisión sería otra en el caso de que se remataran efectivamente las salitreras, lo que, según la visión del presidente de Chile Aníbal Pinto, supondría la violación efectiva del tratado.

Batallón Nº 3 de Línea del Ejército de Chile, formados en columnas en la Plaza Colón de Antofagasta, Bolivia en 1879.
El Perú, que había suscrito el Tratado de Alianza Defensiva con Bolivia de carácter secreto en 1873 y al que Argentina no se adhirió finalmente,4 trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un arbitraje con la misión Quiñones,5 figura que se encontraba estipulada en el protocolo complementario de 1875, toda vez que se trataba de un "problema tributario" y no territorial. El gobierno peruano, para mediar en el conflicto, envió a su ministro plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile; la misión del diplomático fracasó. El canciller chileno Alejandro Fierro preguntó al plenipotenciario peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado con Bolivia en 1873. Lavalle no tenía instrucciones sobre ello y le indicó que en la comisión diplomática del congreso a la que él pertenecía no se había tocado ese tema. En Lima el 20 de marzo, el presidente peruano le expuso al representante chileno Godoy que el tratado existía y que convocaría al congreso peruano para evaluar qué actitud tomar ante Chile y Bolivia.
El 1 de marzo, el gobierno de Bolivia emite un decreto por el que se corta tanto el comercio como la comunicación con Chile, se dispone la desocupación de los residentes chilenos, el embargo de sus bienes, propiedades e inversiones, y desconocer toda transferencia de intereses chilenos hecha con posterioridad al 8 de noviembre, cuando el gobierno chileno declaró nulo el tratado de 1874. El 15 de marzo, Chile inició preparativos para ocupar más al norte del paralelo 23. Con ello, el 23 de marzo, tuvo lugar la batalla de Calama, en la que las fuerzas chilenas vencieron a un grupo de civiles bolivianos. El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú.
La revisión y análisis del tratado de 1873 entre Perú y Bolivia, lleva a historiadores peruanos a la conclusión de que el Perú tenía la opción de decidir si este tratado estaba vigente, ya que Bolivia había firmado uno de límites con Chile en 1874 sin consultar al Perú,6 o si la agresión a Bolivia era real o si el asunto merecía un arbitraje. Esta misma interpretación dice que, a raíz de la penetración de tropas chilenas en territorio boliviano y el poco interés del gobierno de Chile en "una salida diplomática" y a la declaratoria de guerra que le hace el gobierno chileno el 5 de abril, Perú se sintió ligado a Bolivia por el tratado recíproco de defensa y entró, asimismo, en la contienda, declarando el casus foederis (expresión latina que significa "motivo de la alianza"; en la terminología diplomática, describe la situación en la cual entrarán en juego los miembros de una alianza, por ejemplo, "cuando una nación sea atacada por otra").
En cambio, la historiografía chilena afirma que el pacto es defensivo en la forma, pero ofensivo en el fondo, por lo que considera la mediación de Perú después de la toma de Antofagasta como una forma de ganar tiempo, mientras se realizaban preparativos de guerra.7 Además declara un motivo de más largo alcance para que la guerra terminara en un conflicto entre Chile y Perú, que sería, según esta visión, una enemistad que tendría raíces en la época colonial, exacerbada en la independencia y en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana.
Por otra parte, la historiografía peruana afirma que las relaciones coloniales eran de cooperación y comercio entre los puertos del Callao y Valparaíso. Después de proclamada la Independencia, ambos gobiernos suscribieron un tratado de Liga, Alianza y Confederación el 23 de diciembre de 1822, que establecía principalmente una alianza militar entre el Perú y Chile, el cual se complementó el 26 de abril de 1823 con un tratado de Auxilios, que reglamentaba el financiamiento de la campaña libertadora8 y aunque posteriormente el gobierno peruano no reconoció dicha deuda, en 1839, con la derrota de la Confederación, el Perú pagó a Chile la deuda contraída por el servicio prestado por el ejército chileno en la campaña restauradora y la independencia,n 2 así como reconoció las acciones de los oficiales de Chile otorgándoles premiosn 3 y condecoraciones del ejército del Perú por reunificar el Perú y derrotar a Santa Cruz reconociendo a Chile como aliado del Perú.n 4 Esta alianza volvería a fortalecerse en 1866 durante la Guerra hispano-sudamericana en la cual las escuadras navales de ambos países combatieron juntas a la Armada Española en el Combate naval de Abtao. Tras el Combate del Callao y el retiro de la flota europea de aguas americanas en octubre del mismo año, el ministro chileno en el Perú Marcial Martínez, en cumplimiento de una ley dada por el congreso de su país, confirmó al presidente peruano Mariano Ignacio Prado (el mismo en 1879) los despachos de General de División en el Ejército Chileno.9 Esto ha llevado a la historiografía peruana a afirmar la existencia de intereses económicos y políticas expansionistas en la clase dirigente chilena de ese entonces como verdadero motivo del estallido de la guerra.

Billete peruano al inicio de la guerra (1879).

Campaña naval

A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el control de los mares.
El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y Blanco Encalada, de 3560 toneladas, 6 cañones de 250 libras de avancarga, 2 de 70, y 2 de 40 libras, blindaje de 9 pulgadas, velocidad máxima de 11 nudos. El resto de la escuadra estaba formada por las siguientes naves de madera: las corbetas Chacabuco, O’Higgins y Esmeralda, la cañonera Magallanes y la goleta Covadonga.
La escuadra peruana basaba su poder en la fragata blindada Independencia y el monitor Huáscar. La Independencia desplazaba 3.500 toneladas, tenía un blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de 150 libras, 12 de 70, 4 de 32, 4 de 9 libras, y andar de 11 nudos a su máxima velocidad. El monitor Huáscar deplazaba 1745 toneladas, blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de 300 libras de avancarga, ubicados en la torre giratoria, y velocidad máxima de 12 nudos, con lo cual posiblemente era la nave de combate más moderna de la marina de guerra del Perú. Completaban la escuadra peruana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de madera Unión y la cañonera de madera Pilcomayo. Bolivia contaba con buques de guerra como el Guardacostas Bolívar, el Guardacostas Mcal. Sucre y las embarcaciones Laura y Antofagasta.

Combate Naval de Angamos, óleo de Thomas Somerscales.
El puerto peruano de Iquique fue bloqueado por parte de la armada chilena. En el Combate naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879, el monitor Huáscar, al mando del capitán de navío Miguel Grau Seminario, logró hundir a la corbeta chilena Esmeralda, al mando del capitán de corbeta Arturo Prat Chacón, el que, al morir durante el combate, se convierte en el mayor héroe naval chileno (durante el siglo XX fue ascendido en forma póstuma a Capitán de Fragata). El mismo día, la fragata Independencia se enfrentó con la goleta 'Covadonga, cuyo comandante capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, prefirió evadir el combate bordeando la costa, perseguido por la Independencia que, en su afán de espolonear a la Covadonga, hizo que el blindado peruano encallara en Punta Gruesa. El resultado de ese día en Iquique y Punta Gruesa caló hondo en la opinión pública de ambos países. Los combates navales de Iquique y Punta Gruesa le dieron una victoria táctica al Perú: el bloqueo del puerto de Iquique fue levantado y las naves chilenas fueron hundidas o abandonaron el área. En el combate de Iquique, después de que el Huáscar hundiera la Esmeralda, Grau ayudó a los náufragos y envió un pésame a la esposa de Arturo Prat; más tarde en Punta Gruesa, la escuadra peruana perdió a la fragata blindada de 3500 toneladas al encallar en unos arrecifes cuando intentaba capturar una nave de madera de 630 toneladas, quienes continuaban en combate hasta la llegada del Huáscar. La pérdida de la fragata blindada Independencia, la mayor nave de la escuadra de la marina de guerra del Perú, representó un golpe irreparable para ésta.10
Pese a su condición de inferioridad numérica, el comandante del Huáscar mantuvo en jaque a toda la escuadra chilena durante 6 meses. Entre las acciones más destacadas de las llamadas correrías del Huáscar se cuentan: el primer combate naval de Antofagasta (26 de mayo de 1879) y el segundo combate naval de Antofagasta (28 de agosto de 1879). El punto culminante fue la captura del vapor Rímac, el 23 de julio de 1879. En esta acción, Grau no sólo capturó dicho buque, sino también el regimiento de caballería Carabineros de Yungay el cual se encontraba a bordo. Este hecho causó una crisis en el gobierno chileno que provocó la renuncia del almirante Juan Williams Rebolledo. Tras la renuncia de Williams, el mando de la escuadra chilena fue entregado al comodoro Galvarino Riveros Cárdenas quien se abocó a dar caza al Huáscar.
El combate decisivo de la campaña naval tuvo lugar en Punta Angamos, el 8 de octubre de 1879. En este combate, el monitor Huáscar, junto con la Unión, que logró escapar, fue finalmente capturado por la armada de Chile, a pesar del intento de hundirlo por parte de su tripulación. Durante el combate murió su comandante Miguel Grau Seminario, convirtiéndose a su vez en el héroe patrio del Perú. El combate naval de Angamos marcó el fin de la campaña naval de la Guerra del Pacífico.

Campañas terrestres


Batalla de Arica, óleo de Juan Lepiani.
Las tropas del ejército chileno iniciaron una serie de maniobras militares en las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica. Las victorias de Pisagua, Pampa Germania y Dolores, a fines de 1879, aseguraron el dominio chileno sobre el departamento de Tarapacá, así como las de Tacna y Arica en 1880. La batalla de Tarapacá fue una victoria aliada, pero ésta no cambió el curso de los acontecimientos a favor de los aliados, pues Bolivia se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza en Tacna y Chile siguió luchando contra el Perú.
La capital peruana vivía desconectada del resto del país y subestimó completamente la situación bélica, lo que contribuyó a desestabilizar completamente su clase política y a evitar una preparación efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad. En enero de 1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas de San Juan y Miraflores. En esta última, la propia población civil defendió sin éxito la ciudad cuando el ejército chileno atacó tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo incendios y saqueos en los poblados de Chorrillos y Barranco.

Plaza principal de Chorrillos antes de la batalla de San Juan.

Plaza principal de Chorrillos después de la batalla de San Juan.
Las fuerzas chilenas establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la población limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y libros, algunos de los cuales fueron enviados a Chile, terminando otro tanto en manos de privados de ambos países.
El dictador Nicolás de Piérola Villena, quien se retiró de la capital para pretender seguir gobernando desde el interior del país, fue sustituido por un gobierno civil a cargo de Francisco García Calderón, que se negó a firmar la entrega del Departamento de Tarapacá.
Sin posibilidades de firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio Lynch estableció su cuartel militar en el Palacio de Pizarro en Lima y dirigió el combate contra la resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la Breña o de la sierra, enfrentando abundantes actos de sedición en la misma ciudad y, posteriormente, una resistencia claramente organizada.
Después de los enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano Andrés Avelino Cáceres y otros, como el capitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a los Andes Centrales para organizar y reiniciar la resistencia al ejército de ocupación chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de Viterbo, evadiendo la vigilacia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de Jauja. Así, y en gran medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua quechua, Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes ejecutaron una efectiva guerra de guerrillas durante tres años. Eligieron la breña de los Andes Centrales porque presentaba una topografía excelente para aplicar la estrategia de guerra de guerrillas y, también, porque existían nuevos elementos humanos, aunque sin entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada.
La resistencia militar liderada por Cáceres en la regiones sur y centro andinas obtuvo varias victorias contra las fuerzas chilenas y se dirigió a Cajamarca, en la sierra norte, para evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias, quien desde 1882 había manifestado firmar la paz con el gobierno chileno, aceptando cesión territorial.
El 3 de mayo de 1883, la base del Tratado de Ancón ya estaba acordada entre Patrico Lynch y Miguel Iglesias quien firmó este convenio inicial desde Cajamarca.11 El 10 de julio de 1883, se desarrolló la decisiva Batalla de Huamachuco entre Andrés A. Cáceres y Alejandro Gorostiaga, finalizando con una victoria chilena. Miguel Iglesias envió una comisión especial para felicitar a Gorostiaga por su victoria. Montero, por su parte, tuvo que salir de Arequipa para evitar la destrucción de la ciudad. El 20 de octubre de 1883 terminó en Ancón la discusión de los términos del tratado de paz. Una vez firmado el Tratado de Ancón, el 11 de marzo de 1884, la Asamblea Constituyente aprobó el Tratado. Iglesias marchó hacia Lima para asumir el gobierno del Perú.
Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen a una guerra civil entre los partidarios de ambos líderes, que finalizó en 1885 con el triunfo del primero.

Consecuencias


Morro de Arica en 1880.
El coste del conflicto en vidas humanas fue alto, sobre todo en lo que se refiere a pérdidas de vidas civiles. Un recuento hace calcular que las bajas estuvieron entre los 14 0001 12 y 23 00013 muertos, entre civiles y militares, a lo largo de la guerra.
La guerra concluyó oficialmente el 20 de octubre de 1883 con la firma del Tratado de Ancón, mediante el cual el Departamento de Tarapacá pasó a manos chilenas permanentemente y las provincias de Arica y Tacna quedaron bajo administración chilena por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.
A la firma de este tratado, el Departamento de Tacna contaba con tres provincias: Tacna, Arica y Tarata. En 1885, dos años después del tratado, Chile ocupó la provincia de Tarata, la cual fue devuelta al Perú el 1 de septiembre de 1925 por resolución del árbitro Calvin Coolidge, presidente de los Estados Unidos.
El plebiscito previsto en el Tratado de Ancón nunca se llevó a cabo y no fue hasta 1929 que se firmó el Tratado de Lima, que contó con la mediación de Estados Unidos, que decidió que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras que Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.
El Estado de Chile pudo iniciar un proceso de chilenización dirigido a la población de Tacna, Arica y Tarapacá, interviniendo en las organizaciones privadas y públicas de la zona. A inicios del siglo XX, la chilenización se hizo más intensiva y compulsiva, llegando a puntos exacerbados hacia el primer centenario de la Independencia de Chile,14 por la actividad de ciertos grupos de población civil chilena, de naturaleza nacionalista, que comenzaron la creación de "ligas patrióticas" con la finalidad de desaparecer los rasgos peruanos de los territorios de Tacna, Tarata, Arica y Tarapacá.
La paz entre Chile y Bolivia fue firmada en 1904. Sin embargo, el tratado de paz entre ambas naciones, en el cual Bolivia definitivamente reconocía la permanente soberanía chilena sobre el territorio previamente en disputa, ha sido origen constante de tensiones diplomáticas entre ambos países durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI, debido a que Bolivia perdió toda posibilidad de salida soberana al océano Pacífico.
Tras su victoria, Chile tomó posesión no sólo de una importante extensión territorial, sino también de enormes depósitos salitreros, guaneros y de cupríferos. Éstos fueron adquiridos mayoritariamente por capitales británicos, por medio de la compra de bonos desvalorizados emitidos antes del conflicto por Perú y adquiridos a bajos precios con préstamos de bancos chilenos, que los hacían dueños de las salitreras. Esto ha llevado a parte de la historiografía moderna a ver a los ingleses como instigadores ocultos de la guerra, sin pruebas concluyentes a decir de la historiografía chilena[cita requerida]. Algunos historiadores creen ver en algunas publicaciones de la época, inglesas y europeas en general, por ejemplo la editorial del diario británico "The Bullonist", aparecida en 1879, como pruebas del apoyo a las aspiraciones chilenas. Por el contrario, otros estiman que estas publicaciones se deben más bien al clima electoral existente en Inglaterra y a la ardua disputa entre el Primer Ministro Benjamin Disraeli, partidario de intervenir, y el liberal político británico William Gladstone, contrario a la intervención.
El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial.
Después de la ocupación chilena de Lima en 1881, el gobierno argentino ordenó alistar el ejército, la compra de un blindado, de material de guerra y la construcción de un línea férrea hasta los Andes como vía de abastecimiento. Con ello ambos países se colocaron al borde de una guerra, aceptando la mediación del gobierno estadounidense.15 El 22 de octubre de 1881, se canjearon en Santiago las ratificaciones del Tratado de límites entre Chile y Argentina, un acuerdo con el que se definieron con precisión los límites preexistentes entre la Argentina y Chile en la región patagónica.16 17 Con este tratado, se entendía en Chile que Argentina se comprometía tácitamente a la neutralidad en la guerra que se libraba en el Pacífico y que no firmaría el Tratado de Alianza Defensiva Perú–Bolivia.

Puna de Atacama según acuerdo de 1899.
En 1883, Chile quedó en posesión de la Puna de Atacama de 75 000 km², que hasta entonces había pertenecido a Bolivia y la consideró de su propiedad después del Tratado de Tregua de 1884. Sin embargo, diversos tratados y mediaciones entre Bolivia, Argentina y Chile concluyeron en 1889, cuando Argentina renunció a su reclamo sobre Tarija y Chichas reconociéndolas como territorio de Bolivia, y en 1899, cuando 64 000 km² de la Puna de Atacama quedaron para la Argentina y 11 000 km² para Chile.